El sábado 18 de noviembre de 2023, SpaceX realizó el segundo vuelo de prueba de Starship totalmente integrada, desde las instalaciones Starbase de SpaceX en Boca Chica, Texas.
El objetivo era demostrar la separación exitosa de las dos etapas, el encendido de los motores de la nave espacial y el aterrizaje controlado en el océano.
El lanzamiento se produjo a las 10:00 am hora chilena, con el despegue del cohete desde la plataforma de lanzamiento.
El propulsor Super Heavy y la nave espacial Starship se separaron con éxito después del despegue, mientras encendía sus motores y se alejaba.
Ese proceso terminó destruyendo el propulsor Super Heavy, que estalló en una bola de llamas sobre el golfo de México, si embargo la nave espacial pudo continuar brevemente su viaje, alcanzando una altitud de 148 kilómetros.
¿Qué significa este resultado para SpaceX y el futuro de la exploración espacial?
A pesar de la espectacular destrucción de la Starship, SpaceX considera que el vuelo fue un éxito, ya que se lograron varios hitos técnicos y se obtuvieron valiosos datos para mejorar el diseño y el rendimiento del cohete.
Entre los avances destacan el uso de un nuevo deflector de llama de acero refrigerado por agua, un nuevo sistema electrónico de control vectorial de empuje para los motores propulsores Raptor y un nuevo enfoque de puesta en escena en caliente, en el que los motores de la nave espacial se encienden antes de la separación de etapas.
SpaceX no se desanima por los fallos y sigue trabajando en el desarrollo de Starship, con la vista puesta en el primer vuelo orbital, que podría ocurrir en los próximos 2 años.
La compañía tiene grandes planes para Starship, como enviar la primera misión tripulada a la Luna en 2025, en colaboración con la NASA, y la primera misión tripulada a Marte en 2026.
Starship y su tecnología representa la esperanza de SpaceX de hacer historia en la exploración espacial y de abrir las puertas a un futuro interplanetario.